Nuestra historia

Tras el fin de la guerra, Europa volvió laboriosamente a la normalidad. Son los años del cine neorrealista, de una feminidad redescubierta en la moda, de Frank Sinatra y Humphrey Bogart. A las tiendas les falta de todo, pero la gente corriente encuentra recursos increíbles para hacer frente a la crisis.

Fue precisamente entonces cuando un muy joven Renzo Rossetti y sus hermanos comenzaron, casi por casualidad, a dedicarse al calzado deportivo. Las incógnitas pesan más que las certezas, pero la determinación es tal que los primeros zapatos producidos son usados ​​por campeones italianos de patinaje artístico y hockey.

“Tal vez fue una cierta cantidad de... imprudencia juvenil lo que nos apoyó y nos hizo seguir adelante. ¿Inconsciencia? ¿Voluntad? ¿No puedes parar? Nunca lo he entendido: probablemente las tres cosas juntas."

Los Rossetti se volvieron cada vez más exigentes consigo mismos y, decididos a alcanzar la excelencia, estudiaron el trabajo de los grandes zapateros a medida, estableciendo excelentes relaciones con los mejores artesanos del momento.

Al mismo tiempo se dan cuenta de que, aunque el vértigo del cambio se siente por todas partes, el calzado ha quedado anclado a modelos antiguos. Trabajando en la forma y en el cuero, los hermanos Rossetti comenzaron así su revolución.

Experimentamos con los colores: nacen el zapato "envejecido", que recuerda las vetas del óleo, y el tratamiento "cepillado"; Se utilizan materiales nuevos e inusuales como avestruz, pitón, cuero vegetal y pecarí, material utilizado únicamente para los guantes. La estética también se renueva: para alejarse de las clásicas formas puntiagudas, se da espacio a mocasines, botines y detalles particulares.

El trabajo aumenta y se necesita más espacio: en 1968 se abre una nueva fábrica en Parabiago. En 1969, Renzo Rossetti voló a Nueva York, donde el Made in Italy encontró su primer terreno de conquista.

Los diseñadores Massimo y Lella Vignelli crean el nuevo logotipo de los hermanos Rossetti, insertándolos de lleno en una era en la que la imagen y la comunicación adquieren un papel cada vez más predominante a la hora de consolidarse en el mercado. El cambio de logo corresponde también a un cambio de nombre que de "Rossetti" pasa a ser "Fratelli Rossetti" para subrayar el carácter familiar y la continuidad generacional de la empresa.

Para disipar cualquier indecisión sobre el cambio es Luca quien, aún niño, sorprende a su padre afirmando: "Nosotros los niños también, somos hermanos".

En los últimos años, la moda se vuelve más llamativa y el diseño de zapatos de mujer se atreve con colores y geometrías particulares.

Casi como si se tratara de una vuelta a los orígenes, el interés por el calzado deportivo retomado con el Flexa continúa con el Active, mientras que las contaminaciones entre el calzado de mujer y de hombre reflejan la evolución del gusto. El cincuentenario de los hermanos Rossetti se celebra con un importante reconocimiento: Correos italianos emite un sello oficial dedicado a la marca, símbolo del Made in Italy en el mundo. Este importante momento está coronado por el cambio generacional: Diego, Darío y Luca está listo para convertirse en el nuevo motor de la empresa, persiguiendo la tradición pero también abriéndose al cambio inevitable.